A lo largo de las 10 temporadas de Calle 7, varios han sido los escándalos de material explícito que se han filtrado en las redes sociales de sus competidores.
Para refrescarles la memoria, hace un tiempo salieron a la luz pública unas fotos artísticas de desnudo, de Ana Paula De León y su novio Adrián Pérez, escándalo que les costó a los tortolitos su salida del programa de competencia.
Hace una semana, Vlady Foster fue expulsado al confirmarse que la foto que estaba circulando por redes de un miembro reproductor masculino era de él.
¿Quién será el próximo?
Ahora, otra bola que anda corriendo en las redes y desde hace más de un año es un video y fotos íntimas supuestamente del presentador del programa Marco Oses. ¡Ujum! Aunque no se ha podido confirmar si efectivamente se trata de él o de un montaje, porque en reiteradas ocasiones cuando hemos tratado de contactarlo, no responde las llamadas ni los mensajes de texto. ¿Será que él es el siguiente?
Eso no lo sabemos, pero después de todos estos revulús, la pregunta que tienen entre ceja y ceja los seguidores del programa es si la producción de C7 es doble moralista, ya que cuando se confirman estos escándalos, es que proceden a botarlos, pero mientras no salgan a la luz pública, no. ¿Doble moral? ¡Foerteee!
Para despejar estas dudas, nos contactamos con el mismísimo productor de Calle 7, Luciano Ciampoli, quien explicó que "en el contrato de todos los competidores hay cláusulas que establecen el reglamento y código de trabajo que contempla su comportamiento dentro de las diferentes situaciones del programa y en sus redes sociales".
Agregó: "Somos conscientes de que incumplir una de las cláusulas que nos atan por contrato es motivo de despido. Por ende, los casos que mencionas son faltas al contrato, lo que los desvinculó al programa".
Entre tanto, mencionó que "si sale a la luz pública una situación que pueda comprobarse al 100% y que va a contravía de lo que se espera y que está estipulado por contrato, todos conocemos que la sanción será la desvinculación laboral, que en nuestro programa por su naturaleza de competencia se llama expulsión. Si el público interpreta esta situación como doble moral, es potestad de cada quien interpretarlo y nosotros no juzgamos la lectura que haga cada quien de lo que emitimos". ¡Ayayay!
La producción del programa ha tomado medidas enérgicas al confirmarse los escándalos de material prohibido.